El urushi, es un polímero natural, es decir, es una sustancia que al secarse produce una película. Está formada químicamente por una resina extraída de un arbusto de la familia de las Anacardiáceas, el Rhu vernicifera o verniciflua. El producto con el cual se trabaja es una emulsión de agua con una sustancia aceitosa, siendo su principal componente el «urushiol», un hidrocarburo extraído a partir de la resina del árbol.
Para realizar esta extracción, se realizan unas incisiones en forma de V en la corteza, por las cuales la planta exuda una sabia de color blanco que, al entrar en contacto con el aire, cambia de color y se vuelve oscura. Por ello, suele almacenarse en lugares oscuros y muy húmedos, libres de polvo. Esto hizo que en algunos casos llegara incluso a guardarse en barcos en mitad de lagunas.
Este procedimiento de extracción de la resina se realiza en verano, ya que el árbol brota en abril y mayo, floreciendo entre mayo y junio. Al final de este mes y hasta la llegada de septiembre, se deja sangrar literalmente al árbol para recoger la resina. Una vez llega el otoño, la sustancia tiene peor calidad, por lo que se termina el proceso hasta el siguiente año.
Para ello, se echan algunas sustancias purificantes al árbol, dejando que sane de nuevo y cierre sus cortes, pues la sustancia que exuda es muy tóxica y provoca una dermatitis aguda. Así, este procedimiento está reservado a los verdaderos maestros en la materia, los cuales guardan con recelo su técnica transmitida de generación en generación desde hace milenios.